Traducción del texto de la lápida conmemorativa de Usui Sensei, que está junto a su tumba.
“Cuando alguien ha trabajado duramente y con empeño y ha conseguido desarrollo interior, decimos que ha alcanzado “TOKU”, virtud personal. Y decimos de una persona que difunde el modo de enseñar y ayudar a los demás y que lo aplica él mismo a otras personas, que realiza contribución social, “KOU”. Se nos llama grandes maestros cuando nuestra aportación social es elevada y nuestra virtud personal es grande. Todos los intelectuales, los filósofos, los sabios… que han fundado escuela para enseñar alguna ciencia, o para difundir alguna religión, han sido hombres de probada valía y con una gran proyección social. Usui Sensei era como todos esos hombres.
Sensei fue el iniciador de un método de sanación de cuerpo y mente basado en el Reiki del Gran Cosmos. Cuando la gente de su entorno fue teniendo noticia de ese sistema, se fueron acercando a Usui Sensei para recibir sus beneficios y poder aprenderlo.
El primer nombre de Sensei es Mikao, y su pseudónimo “GYOHAN”. Procedía de la Villa de Taniai del distrito de Yamagata, en la prefectura de Gifu y tenía como un ancestro a TSUNETATE CHIBA.
El nombre de su padre es TANEJUI y su nombre popular, UZAEMON; el apellido materno es KAWAI.
Nació el 15 de agosto del primer año de la era de Keio (1865). Pese a las dificultades económicas de la familia, se dedicó intensamente al estudio desde muy joven, destacándose entre sus amigos; ya adulto, continuó sus estudios en Europa, América del Norte y China. A pesar de sus elevadas aspiraciones, no siempre las cosas le fueron bien y tuvo que enfrentarse a múltiples dificultades; pero nunca se rindió y mostró una personalidad valerosa, empeñado en su aprendizaje, no cejó nunca en la búsqueda del sentido de la vida.
Cierto día decidió retirarse al monte Kurama para ayunar y llevar a cabo distintas disciplinas espirituales en condiciones de extrema dureza. A los veintiún días sintió Reiki en la zona de su coronilla y, en un instante, consiguió Satori, adquiriendo el Rei No (el don misterioso para sanar). Después de practicarlo sobre sí mismo y probarlo con los miembros de su familia, descubrió que los efectos se manifestaban rápidamente.
Usui Sensei pensó que en vez de trasmitir este don solo a sus familiares, era mejor compartir esta fuente de felicidad con cuantos pudieran beneficiarse de ella y decidió enseñar este método a quien lo deseara. En el mes de abril del año 11 de Taisho (1922), se mudó a Harajuku, Aoyama en la ciudad de Tokio y fundó Usui Reiki Ryoho Gakkai (Asociación de practicantes de Reiki Ryoho de Usui) y comenzó a enseñar públicamente el Reiki Ryoho, simultaneando las enseñanzas con los tratamientos. La clínica se desbordaba con la cantidad de gente que acudía.
En septiembre del año 12 de la era de Taisho (1923), un intenso terremoto devastó el área metropolitana de Tokio, dejando tras de sí gran cantidad de heridos y de sufrimiento. A consecuencia de su talante compasivo, Usui Sensei, conmovido, se volcaba cada día con ahínco e ayudar a los damnificados, sin que se pueda contar la cantidad de personas que recibieron los beneficios de su entrega.
No pasó mucho tiempo sin que su clínica se quedara pequeña, lo que le indujo a trasladarse a Nakano, en las afueras de Tokio, en febrero del año 14 de Taisho (1925). Como su fama continuó expandiéndose, recibió invitaciones para visitar diferentes ciudades de Japón. Y así, se trasladó a Kure, a Hiroshima, Saga… Pero fue en Fukuyama donde le sobrevino la muerte de forma natural, en una hospedería en la noche del 11 de marzo del año 15 de Taisho (1926), a la edad de 62 años.
Sus conocimientos de estas disciplinas le sirvieron para desarrollar sus hábitos y prácticas espirituales, y es obvio que estas fueron clave para encontrarse a sí mismo y crear este Rei Ho (método de sanación basado en las leyes de Rei).
Si reflexionamos, el principal objetivo de este Rei Ho, no es solo sanar las enfermedades físicas. Su propósito último está en cultivar el corazón para mantener el cuerpo sano a través del poder misterioso del Universo, Rei No, que se nos otorga para disfrutar de los buenos actos de la vida.
Por eso, para enseñar este método, primero recitamos los Gyoseis (poesías cortas escritas por un emperador) del emperador Meiji y recitamos verbal y mentalmente los Cinco Principios, una vez en la mañana y otra por la tarde.
Uno: Hoy, no te enojes.
Dos: No te preocupes.
Tres: Agradece.
Cuatro: Trabaja duro.
Cinco: Sé amable con los demás.
Estos son los principios esenciales de este aprendizaje. Nos acercan a la experiencia de los sabios y los santos de la antigüedad que profesaban el desarrollo armónico del corazón y la mente. Usui Sensei llamaba a estos principios “Los secretos para invitar a la felicidad y el remedio misterioso para todas las enfermedades”. Es preciso saber que estos principios poseen tales cualidades.
Su manera de enseñar era fácil de entender y nada distante. Se trataba de cultivar un corazón sano y puro mientras, sentados al modo japonés “Seiza” y con las manos en Gassho, se repetían conscientemente los Cinco Principios incorporándolos a la vida cotidiana como algo esencial. Siempre, por la mañana y por la tarde. Este Rei Ho (método de sanación), era y es un método con el que cualquier persona esforzada puede obtener la capacidad de manejar Rei.
Últimamente el mundo está cambiando y hay muchas transformaciones en el pensamiento. Afortunadamente, si podemos disfrutar de este Rei Ho estaremos en condiciones de, en cierta forma, ayudar al alivio de las perturbaciones del corazón de la gente y la ética social. Lo que podemos conseguir con el método no son únicamente los beneficios de sanar enfermedades antiguas, sino también de corregir las dolencias crónicas y los malos hábitos.
El número de discípulos de Usui Sensei llegó a ser de unos dos mil. Los primeros y los más directos vivían en Tokio, siguen acudiendo a la clínica para el estudio de esta gran obra y los de otras zonas siguen contribuyendo también a difundir este Rei Ho. Aunque Usui Sensei haya fallecido, este método de sanación debe perpetuarse. ¡Qué grande es que Usui Sensei enseñara y compartiera el método con todos en lugar de guardárselo para sí, para su familia y descendientes!
Muchos alumnos unieron sus corazones en uno para construir esta lápida y rememorar así su virtud personal y social; y planearon perpetuarlas para las generaciones venideras, durante largo tiempo. Y me pidieron que escribiera este memorial. Admiro profundamente la gran obra de Usui Sensei y por ello escribí este resumen. Deseo desde mi corazón que las generaciones venideras no dejen de sentir respeto hacia su labor al contemplar esta lápida.”
Febrero del año 2 de Showa (1927).
Masayoshi Okuda, Doctor en letras condecorado.
Juzaburo Ushida (1), Contralmirante de la Marina Imperial.
(1). Juzaburo Ushida fue el segundo presidente de Usui Reiki Ryoho Gakkai, el sucesor de Mikao Usui.
Un buscador de la Luz Interior
Nació el 15 de agosto del primer año de la era de Keio (1865), en la localidad de Taniai del distrito de Yamagata (Prefectura de Gifu, Japón).
Desde muy temprana edad sintió inquietudes intelectuales y espirituales que le hicieron destacar entre sus compañeros y que le llevaron a viajar a numerosos países en busca del sentido de la vida.
Tras muchos años de aprendizaje durante los cuales adquirió conocimientos en campos muy diversos, comprendió cuál era el fin último de la vida: alcanzar el equilibrio interno “Anshin Ritsumei”, un estado en el que a pesar de los avatares que golpeen a uno, eres capaz de mantenerte en paz. Inició entonces la búsqueda de ese estado de serenidad a través del estudio del Zen.
Durante 3 años practicó Zazen en un templo de Kyoto, pero no le sirvió para alcanzar su meta; no obstante, Usui Sensei nunca se rendía, por lo que sin cejar en su empeño, fortaleció su determinación en alcanzar la meta de su búsqueda.
En marzo de 1922, inició un ayuno en el Monte Kurama (monte sagrado de Japón), decidido a alcanzar la iluminación mediante prácticas espirituales en condiciones de una dureza extrema: no le importaba arriesgar su vida en la persecución de su meta personal.
En la medianoche del vigésimo primer día, le sobrevino finalmente la iluminación: conmocionado sintió el flujo de la Energía Universal vibrando al unísono con su propia energía vital: había alcanzado la comunión con el Universo y con ella, el estado de Satori que tanto había anhelado, integrando en su ser esa paz que nada podría ya perturbar.
Junto con la iluminación, obtuvo también el don de sanar. Usui empleó este don sobre sí mismo y después con sus familiares, descubriendo que los efectos se manifestaban rápidamente.
Durante los meses siguientes, Mikao Usui sentó los fundamentos del método mediante el cual podía sanar, denominándolo Usui Reiki Ryoho y se entregó a la tarea de difundir su enseñanza a tantas personas como fuera posible, pues entendió que el Reiki era un regalo del Universo para compartir con toda la humanidad.
Con ese propósito, fundó el 11 de abril del decimoprimer año de Taisho (1922) la Usui Reiki Ryoho Gakkai, una asociación para la enseñanza y la práctica del método Reiki de curación, y comenzó a enseñar públicamente el método al tiempo que ofrecía sus tratamientos a cuantos los necesitaran.
La labor de Usui Sensei benefició a un número incontable de personas, que se elevaría aún más con su participación en las labores de auxilio a los damnificados del gran terremoto que devastó el área metropolitana de Tokio en 1923.
Pronto, la clínica de Usui Sensei se quedó pequeña ante la gran afluencia de gente en busca de tratamiento y de sus enseñanzas. Como resultado de su creciente fama, comenzó a viajar por las principales ciudades de Japón, para enseñar su método. En el transcurso de uno de estos viajes, le sobrevendría la muerte en una hospedería de Fukuyama, una noche del 11 de marzo del año 1926, a la edad de 62 años.
Usui Sensei llegó a contar con dos mil discípulos, quienes continuaron con la labor de la Usui Reiki Ryoho Gakkai de enseñar y tratar mediante Reiki.
Desde muy temprana edad sintió inquietudes intelectuales y espirituales que le hicieron destacar entre sus compañeros y que le llevaron a viajar a numerosos países en busca del sentido de la vida.
Tras muchos años de aprendizaje durante los cuales adquirió conocimientos en campos muy diversos, comprendió cuál era el fin último de la vida: alcanzar el equilibrio interno “Anshin Ritsumei”, un estado en el que a pesar de los avatares que golpeen a uno, eres capaz de mantenerte en paz. Inició entonces la búsqueda de ese estado de serenidad a través del estudio del Zen.
Durante 3 años practicó Zazen en un templo de Kyoto, pero no le sirvió para alcanzar su meta; no obstante, Usui Sensei nunca se rendía, por lo que sin cejar en su empeño, fortaleció su determinación en alcanzar la meta de su búsqueda.
En marzo de 1922, inició un ayuno en el Monte Kurama (monte sagrado de Japón), decidido a alcanzar la iluminación mediante prácticas espirituales en condiciones de una dureza extrema: no le importaba arriesgar su vida en la persecución de su meta personal.
En la medianoche del vigésimo primer día, le sobrevino finalmente la iluminación: conmocionado sintió el flujo de la Energía Universal vibrando al unísono con su propia energía vital: había alcanzado la comunión con el Universo y con ella, el estado de Satori que tanto había anhelado, integrando en su ser esa paz que nada podría ya perturbar.
Junto con la iluminación, obtuvo también el don de sanar. Usui empleó este don sobre sí mismo y después con sus familiares, descubriendo que los efectos se manifestaban rápidamente.
Durante los meses siguientes, Mikao Usui sentó los fundamentos del método mediante el cual podía sanar, denominándolo Usui Reiki Ryoho y se entregó a la tarea de difundir su enseñanza a tantas personas como fuera posible, pues entendió que el Reiki era un regalo del Universo para compartir con toda la humanidad.
Con ese propósito, fundó el 11 de abril del decimoprimer año de Taisho (1922) la Usui Reiki Ryoho Gakkai, una asociación para la enseñanza y la práctica del método Reiki de curación, y comenzó a enseñar públicamente el método al tiempo que ofrecía sus tratamientos a cuantos los necesitaran.
La labor de Usui Sensei benefició a un número incontable de personas, que se elevaría aún más con su participación en las labores de auxilio a los damnificados del gran terremoto que devastó el área metropolitana de Tokio en 1923.
Pronto, la clínica de Usui Sensei se quedó pequeña ante la gran afluencia de gente en busca de tratamiento y de sus enseñanzas. Como resultado de su creciente fama, comenzó a viajar por las principales ciudades de Japón, para enseñar su método. En el transcurso de uno de estos viajes, le sobrevendría la muerte en una hospedería de Fukuyama, una noche del 11 de marzo del año 1926, a la edad de 62 años.
Usui Sensei llegó a contar con dos mil discípulos, quienes continuaron con la labor de la Usui Reiki Ryoho Gakkai de enseñar y tratar mediante Reiki.
La asociación fundada por Usui Sensei sobrevive hoy día, con cerca de 500 practicantes.
Dado lo extraordinario del método Reiki de Usui Sensei, no sorprende que el número de practicantes de Reiki extendidos por el resto del mundo, se estime en más de cinco millones.
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